18 diciembre 2012

[lapso de luz]

Salir de una escena de salvaje felicidad y pretender, con fingido desparpajo, que lo sucedido es habitual, que estás acostumbrado, y que muy pronto va a volver a suceder, si no igual, con la misma salvaje y efímera intensidad. Correr en dirección vertical -sin mirar abajo- hasta cruzar la atmósfera, y entrar en la oscuridad del espacio exterior, consciente. Escuchar los circuitos de tus neuronas al pensar, quedarte atónito, tener el impulso de escribir sus fonéticas, pero desistir, e inmediatamente dejarlas de escuchar. Dejar de respirar. Morir, entenderlo todo, y volver.

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