un colosal disparate cotidiano te advierte
de una próxima muerte absurdísima.
cuentas los segundos que quedan,
los ordenas en cajas según su significado
y corres a ensimismarte en la música de los números.
temes que cuando las sombras lleguen a tu escondite
veas al sol ponerse y a la luna crecerse
y que sólo haya dos caminos, una cama vacía
y tus manos tiemblen, sobredimensionadas
pero sin fuerza.
1 comentario:
yo tengo dos camas y un rollo de celofán...
y estoy arrugada en el rincón más lejano de la habitación porque estoy convencida de que el celofán no es tan fuerte como debiera...
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