22 noviembre 2013

Todos los ellos, las ellas

Hay alguien ahí. Un hombre que fuma, una mujer vestida de rojo, un par de niños que charlan tranquilos. Hay presencias, hay luces, hay ecos en forma de presentimiento. Les notas, están ahí, entre el cosmos y tus pestañas. Tú, que no crees en lo sobrenatural, miras la lámpara sobre la madera: un halo impreciso que insinúa destellos, flexiones del tiempo, tal vez apenas recuerdos de otras vidas. O tal vez sombras que se cruzan, siempre invisibles, como burbujas con fuego, como si fueran energía. Porque lo son, porque deben serlo. Y como un perro atento a señales extrañas, agudizas los sentidos, aunque sepas que no sirve de nada. El suelo sigue firme, la puerta sigue cerrada, el aire todavía no habla. Pero sigue habiendo alguien ahí, junto a la cortina, estirado en la cama, con su mano apoyada sobre tu hombro. Puedes incluso imaginar quién te está hablando, qué te está diciendo, porqué está llorando, de qué se está riendo. Y si es que no tenías los ojos cerrados, los cierras. Y si es que no estaban abiertos, los abres.

4 comentarios:

Eva dijo...

Me encanta, serán pequeños los momentos que tienes para escribir, pero grandes los textos que brotan de esa mente privilegiada.

Anónimo dijo...

Al menys, si hi havia algú que t'apreciava. https://twitter.com/Dragon_Dayz

Anónimo dijo...

¿Lo conoces? https://twitter.com/Dragon_Dayz/status/414044371907248128

Anónimo dijo...

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